Jose Antonio Rodríguez, Manejo

Una explotación de vacuno de carne no es una fábrica de tornillos

Como decíamos ayer (en mi anterior post), "trabajar con vacas es una carrera de fondo", por tanto, no se pueden esperar resultados inmediatos. Eso sí, cuanto más claros estén nuestros objetivos, más temprano llegarán esos resultados. Sabemos que es imposible planificar y controlar todos los aspectos que influyen en el desarrollo de una explotación de vacuno de carne, puesto que en esta profesión cada día se empieza de nuevo, pueden pasar, y pasan, mil cosas inesperadas, pero si a todos esos imprevistos le añadimos bandazos en los objetivos a conseguir…, eso sí que es empezar de cero cada día, viendo como cada vez los objetivos se alejan más y más, hasta que te cansas de perseguirlos.

En esta carrera de fondo, no podemos cambiar de caballo a mitad de camino, cada nuevo caballo nos lleva a la casilla de salida. Por tanto, sorteando y adaptándose a los imprevistos del camino, deberíamos fijar unos objetivos claros y factibles, que ya serán ampliados a medida que se vayan consiguiendo.

Objetivos claros y realizables

Cuanto más claros estén nuestros objetivos, más temprano llegarán los resultados

 

El primer paso para conseguir los objetivos deseados es que éstos sean factibles, realizables. No debemos empezar esta empresa "haciéndonos trampas al solitario". Para esto debemos estudiar y conocer a fondo cuáles son nuestras condiciones de trabajo, y así poder adaptar nuestros objetivos lo máximo a ellas.

Una vez fijados los objetivos iniciales nos pondremos manos a la obra analizando todos los aspectos a implementar en nuestra explotación para conseguirlos. Llegados a este punto, no podemos olvidar lo que "se ha hecho toda la vida", porque lo que se hace en cada zona es por algo, por adaptación a las condiciones de ese lugar concreto para optimizar la producción. Sin embargo, tampoco debemos cerrarnos a explorar nuevas técnicas y evoluciones venidas de otros lugares donde, a pesar de las distintas condiciones relativas, se utilizan con éxito.

No creo cierta la frase de que "todo está inventado", porque no es así, siempre se puede mejorar, en todos los aspectos de la vida, pero en nuestro vacuno de carne más aún puesto que tenemos margen de mejora en muchos aspectos. Para constatar este hecho sólo es necesario observar los datos que se consiguen en otros países en cuanto a temas productivos y reproductivos, como pueden ser:

  • La precocidad de las novillas. Cuando en Estados Unidos lo normal es que todas las novillas tengan su primer parto en torno a los 24 meses, en España menos del 65 % lo tiene antes de los 36 meses, y más de un 6 % lo tiene con más de 4 años.
  • La fertilidad del rebaño en España. Según el SITRAN, en 2021 menos del 70 % de las vacas nodrizas produjo un ternero, es decir, el 30 % de las vacas comieron sin producir nada. Sin embargo, en Irlanda este número de vacas fue la mitad, sólo el 15 % no llegó a producir un ternero, alcanzando una fertilidad del 85 %. Aunque lo ideal sería llegar al 95 %, sólo llegando a ese dato, en España tendríamos casi 350 000 terneros más para cebar sin necesidad de importarlos.
  • El intervalo entre partos ideal sería un parto por vaca y año, es decir, cada 365 días. En 2021, el intervalo medio entre partos en España fue de 454 días, muy lejos del ideal (90 días, un tercio de gestación), e incluso de otros países como Reino Unido o Irlanda (394 y 396 días, respectivamente).
  • Terneros destetados anualmente. Según algunos autores para que una explotación sea eficiente debería destetar al menos 0,95 terneros por vaca nodriza, sin embargo, este dato en España se queda en 0,86 terneros por nodriza. Para mejorarlo es necesario analizar las causas de los abortos, distocias y muertes neonatales. Entre otras causas podemos encontrar las enfermedades infecciosas, la nutrición o el manejo y bienestar.
  • Terneros destetados a lo largo de la vida de una vaca. Considerando los 2 años como una edad adecuada al primer parto, y que a partir de los 10-12 años puede bajar el rendimiento de las vacas…una vaca debería destetar, o al menos parir, entre 8 y 10 terneros a lo largo de su vida productiva. Para ello deberíamos implantar un estricto criterio de desvieje por el que sólo seguirán en la explotación las vacas que paren cada año. De este modo también aumentaríamos hasta porcentajes muy cercanos al 100 % la fertilidad del rebaño, pues no se mantendrían vacas improductivas en el rebaño.

Una explotación de vacuno de carne no es una fábrica de tornillos, en la que de una hora para otra puedes cambiar el tamaño del tornillo sin que la producción se resienta en gran medida.